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El Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje (SEFaS) lleva desde hace años una línea de investigación  en el estrés de captura de ungulados de montaña como el corzo, el rebeco y la cabra montés. Esta línea ha generado hasta cuatro tesis doctorales, y fruto de estos estudios se han ido publicando artículos en diferentes revistas científicas internacionales como es The Veterinary Journal. Uno de los últimos artículos del SEFaS ha sido "Use of acepromazine for stress control in Spanish ibex (Capra pyrenaica) captured by drive-net", en el que se evalúa la efectividad de un tranquilizante, la acepromacina, en cabras monteses capturadas mediante redes verticales, un mecanismo de captura física.

Para la elaboración de estos estudios es necesario el apoyo de organismos públicos como son la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología y el Departament de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat de Catalunya. La financiación por parte del gobierno estatal, proyecto CICYT, y la disposición del personal del gobierno autonómico, antiguo Cuerpo de Guardas de Reservas de Fauna ahora incorporados al Cuerpo de Agentes Rurales, fueron los factores clave para desarrollar todo el proyecto.

Hasta un total de 25 cabras salvajes fueron capturadas en la Reserva de Caza de los Puertos de Tortosa y Beceite después de organizar 22 operaciones de captura entre los meses de octubre de 2002 y septiembre de 2004. El hecho de capturar estos animales implicó preparar las zonas más idóneas, coordinar las redadas, dirigir un equipo veterinario y, finalmente, ordenar todos los datos obtenidos del trabajo de campo para elaborar una publicación científica.

Trabajar con fauna salvaje presenta diferentes dificultades a la hora de realizar este tipo de estudios: riesgos para los animales y el personal que trabaja, disponibilidad de ejemplares, equilibrio en los grupos muestrales, climatología favorable, etc. Es por ello que el mayor peso recae en la tarea de organización de todos los eventos. Durante una jornada se pueden llegar a capturar desde ningún animal hasta 8 cabras salvajes, pero no es un factor que se pueda llegar a controlar. Una vez los animales han sido inmovilizados físicamente mediante redes y mascarillas, se procede a la administración del tranquilizante o del placebo (suero fisiológico), sustancia que no tiene ningún tipo de efecto, en función de si corresponde al grupo tratado o al grupo que ejerce la función de control. Durante la evaluación del animal se les extrae muestras de sangre y se les monitoriza la temperatura y la frecuencia cardíaca. Y una vez realizados todos los procedimientos se liberan en el mismo medio donde han sido capturados.

De los resultados obtenidos de analizar todos los parámetros hematológicos, bioquímicos y constantes clínicas, se ha determinado que la acepromacina, como tranquilizante de corta duración, es un tratamiento adecuado para reducir las consecuencias del estrés en la cabra montés producidas por la captura con red vertical.

Este y otros estudios ayudan a profundizar en el conocimiento de las especies salvajes de nuestro entorno y cómo mejorar nuestra interacción con ellas. En el caso concreto de especies cinegéticas (que se pueden cazar) es importante saber gestionar las poblaciones, actividad que puede implicar la reintroducción y el reforzamiento de éstas mediante animales procedentes de otros lugares geográficos. El estrés generado por la captura, el manejo y el traslado de estos animales, y sus consecuencias a nivel fisiológico ya sea a corto o largo plazo, es lo que se pretende evitar administrando tranquilizantes. De esta manera se contribuye al bienestar de la fauna y la conservación de la especie.