Análisis del paciente trasplantado hepático tras 20 años de supervivencia
El trasplante hepático ha sido aceptado como la única opción terapéutica en pacientes con enfermedad hepática terminal desde 1983. La tasa de supervivencia post-trasplante se ha incrementado de manera considerable durante la última década, y se sitúa en la actualidad en torno al 85-90% al año, y del 60-70% a los 5 años, a lo cual han contribuido los rápidos avances tanto desde el punto de vista técnico como de preservación de órganos y en el manejo inmunosupresor y médico de estos pacientes. No obstante, la mortalidad sigue siendo elevada a los 10 años (50-40%).
Existen numerosos estudios de supervivencia a corto y medio plazo post-trasplante, pero muy pocos que analicen el seguimiento a largo plazo, quizás por la heterogeneicidad de los protocolos de inmunosupresión, diferencias en la categorización de causas de mortalidad y en muchos casos por pérdida de seguimiento de pacientes o uniformidad en el mismo. Por ello, nos hemos planteado con nuestro estudio analizar el estado actual del paciente y función del injerto tras 20 años de supervivencia post-trasplante hepático en un centro de amplia experiencia como es el Hospital Vall d´Hebron, así como las principales causas de mortalidad a largo plazo y factores de riesgo con el fin de desarrollar estrategias de optimización.
Analizamos 132 pacientes adultos trasplantados hepáticos entre 1988-1994, de los cuales 28 (21%) siguen vivos tras 20 años de seguimiento. Con respecto a la función hepática, la mediana de AST, ALT y bilirrubina total a los 20 años post-trasplante es de 33 IU/L (13-135 IU/L), 27 (11-152 IU/L) and 0,6mg/dL (0,3-1,1mg/dL). El 40% de los pacientes presentan insuficiencia renal crónica (filtrado glomerular estimado ≤ 60 mL/min/1.73m2), el 61% hipertensión arterial, el 43% dislipemia, el 25% tumores de novo y el 21% diabetes mellitus.
Las causas de mortalidad varían a lo largo del seguimiento de forma que las infecciones son la principal causa durante el primer año post-trasplante (32%). Entre el 1º y 5º año post-trasplante las infecciones se presentan de nuevo como una importante causa de mortalidad (25%) junto con los tumores de novo (21%). A partir de los 5 años post-trasplante, la recidiva de la hepatitis C (22%) y las complicaciones cardiovasculares (22%) se convierten en la principal causa de mortalidad en el paciente trasplantado hepático, condicionando una supervivencia a largo plazo inferior a la esperada. Asimismo nuestro estudio demostró como principales factores de riesgo de mortalidad a largo plazo en análisis multivariante, la indicación de trasplante por hepatocarcinoma (p=0,049; OR 1,6), la disfunción renal pre-trasplante (p=0,043; OR 1,83) y el tiempo de isquemia caliente prolongado (p=0,016; OR 1,68); entre los factores post-trasplante destacan la diabetes mellitus (p=0,001; OR 6,03) y la disfunción hepática al año (p=0,05; 2,29).
Nuestros resultados muestran el efecto deletéreo de la utilización a largo plazo de la inmunosupresión en nuestra población de pacientes trasplantados hepáticos en términos de morbilidad (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia y disfunción renal) y mortalidad (infecciones y recidiva de la hepatitis C), por lo que es de esperar que la imposición de estrategias de minimización con respecto a los protocolos de inmunosupresión disponibles, un mayor control y seguimiento de los factores cardiovasculares y la aparición de las nuevas terapias antivirales contra la Hepatitis C, se traduzca en una mayor supervivencia.
Referencias
Dopazo, C.; Bilbao, I.; Castells, Ll.; Sapisochín, G.; Moreiras, C.; Campos-Varela, I.; Echeverri, J.; Caralt, M.; Lázaro, J. L.; Charco, R. Analysis of adult 20-year survivors after liver transplantation. Hepatology International. 2015, vol. 9, num. 3, p. 461-70. doi: 10.1007/s12072-014-9577-x.