Austria: Un nuevo enfoque para la evaluación de la sostenibilidad
A la hora de evaluar el desarrollo sostenible de un país, este carácter multidimensional se suele obviar y se utilizan indicadores bastante simples. En el mejor de los casos se utilizan indicadores como el Índice de Desarrollo Humano, que sintetiza la evolución del ingreso, la educación y la esperanza de vida. Pero a menudo se llega a confundir el bienestar de un país con la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) un indicador ampliamente cuestionado para este propósito. La evaluación de la sostenibilidad debe atender a su naturaleza multi-dimensional y dinámica. En consecuencia, tiene que considerar la evolución de factores que pueden están en conflicto entre ellos, tal como la reducción de emisiones contaminantes, la evolución de la ocupación, o la consecución de niveles altos de satisfacción de la población. Por ejemplo, en el 2009 baja el PIB y también bajan (y eso es bueno) las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Cómo se puede concluir, pues, si se está progresando adecuadamente en la sostenibilidad, sin reducir todo un complejo de fenómenos en un solo indicador?
Fig. 1. Tendencia del Índice de Desarrollo Humano en Austria, 1975-2002.
Para responder a esta pregunta, un estudio reciente ha aplicado un método de evaluación multi-criterial (AMC) a la evaluación de la sostenibilidad a escala nacional. El caso de Austria se ha tomado como caso de estudio, en virtud a la mayor disponibilidad de datos sobre aquel país, por lo que respecta a un amplio espectro de indicadores.
El proceso AMC empieza por la selección de aquellos criterios que permitan caracterizar mejor el fenómeno a evaluar, en este caso, la sostenibilidad a escala macro. Con este fin, se recurrió a una revisión crítica de agendas de sostenibilidad de instituciones como las Naciones Unidas, la Unión Europea, o el propio Gobierno de Austria. Es así como se eligen hasta dieciséis criterios considerados como apropiados para juzgar si un país avanza o no por una senda sostenible. Entre ellos se pueden hallar indicadores bastantes conocidos como el PIB, la distribución de la renta, y las emisiones de dióxido de carbono. Pero también se incluyen índices vinculados a nuevos debates sociales, como la magnitud del flujos materiales a la economía, o la apropiación humana de la producción primaria neta.
Otro paso crucial es la elección del método multi-criterio más adecuado para sistematizar el proceso. Debido a su mayor facilidad para promover reflexiones sobre la conveniencia (o no) de aceptar compensaciones entre criterios, se utilizó el método NAIADE (Novel Approach to Imprecise Assessment and Decision Environments).
La innovación en el uso del método consiste en su aplicación para la comparación de periodos en el tiempo, en vez de alternativas de intervención, como es usual en l'AMC. En particular, se probaron dos tipos de análisis, de largo plazo (1960-2003) y de medio plazo (1995-2003). A cada uno, se asociaron los criterios que mejor caracterizasen las diferentes dimensiones de la sostenibilidad, y se establecieron las condiciones para dar por buena una consecución 'débil' o 'fuerte' de sostenibilidad. En el contexto del estudio, la sostenibilidad fuerte considera que todos o la gran parte de los criterios son igualmente relevantes, mientras que la sostenibilidad débil permite que pérdidas en unos criterios sean compensadas por ganancias lo bastante grandes en otros. Por ejemplo, pérdidas en la calidad ambiental serían admisibles, si hubiera ganancias claras en las dimensiones económica o social.
Así instrumentada, los resultados de la investigación indican que, entre 1960 y 2000 hay una tendencia a la mejora de la sostenibilidad en Austria, particularmente en lo relativo a los términos de sostenibilidad débil. Esta tendencia sería menos clara, sin embargo, si se imponen condiciones de sostenibilidad fuerte.
Igualmente, se demuestra que las relaciones entre los criterios son más complejas a medida que su número aumenta y es más difícil identificar tendencias claras. Aparece, pues, el fenómeno de la incomparabilidad, es decir, que no es posible determinar si la situación de un periodo es más sostenible que la de otro.
Fig. 2. Orden de los periodos en la evaluación de medio plazo, Austria, 1995-2003, con 16 criterios.
Los autores subrayan que cada evaluación es un ejercicio único, que se tendría que revisar regularmente. Dado que los resultados dependen de las decisiones metodológicas adoptadas en cada caso, se sugiere ponerlas a discusión de los usuarios de los resultados, muy particularmente todo tipo de actores sociales. Aunque el procedimiento se debe ajustar a cada contexto social e histórico, el marco de evaluación de este estudio puede resultar útil para establecer prioridades en la promoción de la sostenibilidad.
Referencias
"Dynamic multidimensional assessment of sustainability at the macro level: The case of Austria". Shmelev, S. & Rodríguez-Labajos, B. (2009). Ecological Economics. 68:2560-2573.