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10/2011

Avances en el diagnóstico de la tuberculosis

Los bacilos responsables de la tuberculosis (MTB) (mayoritariamente Mycobacterium tuberculosis y con menos frecuencia Mycobacterium bovis) se agrupan de forma característica formando unas estructuras que recuerdan a una cuerda. En los laboratorios de microbiología clínica de países con pocos recursos económicos, la observación de estas cuerdas es el único criterio que se utiliza para identificar MTB e instaurar un tratamiento antituberculoso. El Grupo de Investigación en Micobacterias de la UAB, con la colaboración del Servicio de Microscopia, ha demostrado que algunas cepas de Mycobacterium abscessus, también forman cuerdas y que pueden ser confundidas con los MTB. Los enfermos que reciban un tratamiento antituberculoso y que realmente tengan una infección por M. abscessus no se curarán ya que este micobacteria no responde bien a los fármacos antituberculosos.

De entre las más de 100 especies descritas de micobacterias hay importantes patógenos humanos como los agentes causantes de la tuberculosis y de la lepra (Mycobacterium leprae). Otras especies son patógenos oportunistas, que afectan a personas debilitadas por malnutrición o por enfermedades o tratamientos debilitantes. Uno de los micobacterias oportunistas más importantes es M. abscessus que puede producir en humanos una tuberculosis clínicamente indistinguible de la causada por MTB.

Para un buen tratamiento de las enfermedades infecciosas, es esencial hacer una identificación correcta del agente infeccioso para instaurar el tratamiento farmacológico adecuado. En el caso de las micobacterias, un primer paso en el protocolo de identificación es observar cómo se agrupan los bacilos cuando crecen en un cultivo líquido. La observación de una agrupación que recuerda una cuerda o una serpiente se ha relacionado tradicionalmente con MTB. No obstante se ha descrito, en la literatura especializada, la formación de cuerdas en otras especies de micobacterias oportunistas. Pero la creencia de que las cuerdas sólo las forman MTB está tan arraigada en los microbiólogos clínicos, que las cuerdas de las micobacterias oportunistas llaman pseudocuerdas o simplemente agrupaciones irregulares.

En las cuerdas verdaderas, los bacilos se disponen uno al lado del otro siguiendo el eje longitudinal de la cuerda (ver Figura) y en las pseudocuerdas los bacilos se agrupan sin una orientación determinada. Realmente la microscopía óptica no tiene suficiente resolución como para diferenciar entre cuerdas verdaderas y pseudocuerdas.

En este artículo, se ha diseñado un experimento sencillo y efectivo utilizando la microscopía electrónica de barrido para poner de relieve la formación de cuerdas verdaderas en dos cepas de M. abscessus ("390R" y "390V"). En la figura se pueden observar estas dos cepas formadoras de cuerdas similares a las formadas por el control positivo "M. bovis BCG japan "(una cepa de M. bovis que forma cuerdas). Por otro lado, la cepa de M. abscessus ("390S") no formadora de cuerdas no forma ninguna estructura ordenada. Concluimos que, aplicando la microscopía electrónica al estudio de las cuerdas en M. abscessus se puede afirmar, sin ambigüedades, que algunas cepas de este patógeno también forman cuerdas.


Observación medio (fila de arriba, la barra corresponde a 7,5 micras) y alto aumento (fila de abajo, la barra corresponde a 1,9 micras) de las cuerdas en dos cepas de Mycobacterium abscessus ("390R" y "390V ") y una cepa de Mycobacterium bovis (" BCG Japan "). Como control negativo empleamos una cepa de M. abscessus ("390S") que no forma cuerdas.

Las repercusiones de nuestro estudio con unas imágenes tan concluyentes que dejan claro que las cuerdas no son exclusivas de MTB tienen una importante implicación en la microbiología clínica de los países más pobres. En los países desarrollados utilizan una serie de herramientas genéticas que permiten identificar sin lugar a dudas los MTB. Pero en países en los que no disponen de recursos económicos para aplicar estas herramientas, la observación de cuerdas se considera suficiente para identificar los MTB e instaurar un tratamiento antituberculoso. Nuestros resultados son un toque de atención en el contexto de estos laboratorios para que tengan en cuenta que algunas cepas de M. abscessus, no sensibles a los fármacos antituberculosos, también forman cuerdas y que, por tanto, se pueden producir errores en la identificación y en el tratamiento de estos patógenos.

Marina Luquin

Referencias

“Demonstration of Cord Formation by Rough Mycobacterium abscessus Variants: Implications for the Clinical Microbiology Laboratory”. Alejandro Sánchez-Chardi. Francesc Olivares, Thomas F. Byrd, Esther Julián, Cecilia Brambilla and Marina Luquin.Journal of Clinical Microbiology49(6), 2293-2295. DOI: 10.1128/JCM.02322-10.

 
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