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En los últimos años, el compostaje se ha consolidado como una herramienta para el tratamiento de residuos orgánicos a nivel mundial, con un futuro cada vez más prometedor. Actualmente, ya se está aplicando a todo tipo de residuos, sean de procedencia no urbana (barros de depuradora, basuras, productos agrícolas, restos de las industrias alimentarias, etc.), como a aquellos que se recogen a los hogares y los comercios.

El compostaje, como tecnología de tratamiento de residuos, es un proceso biotecnológico en el que diferentes microorganismos degradan la materia orgánica contenida en el residuo para generar finalmente un producto estable, higienizado y estabilizado llamado compost.

Las condiciones por las que el proceso de compostaje transcurre adecuadamente están muy estudiadas, y son aquellas que hacen que los microorganismos responsables de la biodegradación de la materia orgánica "trabajen" en condiciones óptimas (temperatura, humedad, porosidad, pH, relación C/N, etc.).

Uno de los principales problemas del compostaje es que estas condiciones óptimas no se dan en la mayoría de residuos orgánicos de manera simultánea. Por este motivo, el compostaje, estrictamente, se desarrolla en forma de co-compostaje, es decir, se mezclan diferentes residuos de diferente tipología y características para cumplir con todos los requerimientos que ha de tener un material para que el proceso sea efectivo.

Este es el caso del trabajo presentado, en el que se compostaron residuos de la producción de cebollas de primavera, que son ricos en carbono, junto con residuos de actividad ganadera (deyecciones avícolas de pollo) que tienen un importante contenido en nitrógeno.

Los trabajos llevados a cabo en pilas de compostaje de pequeña escala demuestran que ajustando la proporción de ambos residuos se pueden lograr temperaturas termófilas propias del compostaje, que son necesarias para la higienización del material final. Al mismo tiempo, un estudio detallado del compost final obtenido demuestra que el producto es estable y que no se detectan productos fitotóxicos, de forma que todos los ensayos de germinación dan resultados positivos. De todas formas, se detecta cierta carencia de ciertos nutrientes que podría ser complementada mediante otros residuos, como pueden ser la fracción orgánica de los residuos municipales o la adición de virutas de madera para mejorar otros parámetros como la porosidad de la mezcla. Este es un aspecto crítico en un proceso aerobio en estado sólido como el compostaje, que necesita una buena difusión de oxígeno en el interior de la matriz sólida.

En resumen, se puede concluir que el co-compostaje de residuos de origen agrícola y o ganadero y su producto resultante, el compost, son una alternativa sostenible en la gestión de residuos orgánicos, puesto que estos son reintroducidos al ciclo de la materia orgánica.