El darwinismo en Cataluña
Las conferencias empezaron con la intervención de Raimon Sucarrats, quien expuso el estado de la enseñanza de la historia natural (una extinta disciplina que se dedicaba al estudio general de la Naturaleza) en los centros de estudio de Barcelona (la ciudad condal se vio privada de universidad desde 1715 por decreto de Felipe V). En concreto, rescató la figura de Agustí Yáñez (1789-1857), del Real Colegio de Farmacia de San Victoriano de Barcelona, desde cuya visión romántica de la Ciencia, se adhirió al lamarckismo (la evolución como fruto de la superación individual). Admitía una evolución implícita, considerando la extinción y los cambios en las especies, ¡cuarenta años antes que Darwin! Lo cierto es que las ideas evolucionistas datan de mucho antes; es el desconocimiento popular quien sitúa a Darwin como responsable del concepto de evolución.
Precisamente, en esa línea se situó Agustí Camós con su discurso sobre el lamarckismo en Cataluña. Camós se encargó de recuperar al naturalista francés Jean-Baptiste de Lamarck (1744-1829), maltratado por la historia por haber propuesto un modelo de evolución desafortunado. Tradicionalmente se ha considerado que su trabajo era opuesto al de Darwin, pero lo cierto es que el naturalista británico conocía la obra de Lamarck y de éste asumía incluso la herencia de los caracteres adquiridos, lo cual es desconocido por el gran público. Lamarck fue un excelente científico al que la historia le ha hecho pagar muy caro su desliz; un muy interesante ejercicio de revisión de nuestros mitos, al fin y al cabo.
La exposición de Agustí Nieto-Galan se centró en el ferviente defensor del darwinismo en España, Odón de Buen (1863-1945), interesantísimo personaje con cuyo seguimiento biográfico se perfila la apasionante historia de la España de entre siglos. Anecdótica pero muy ilustrativa fue la crónica de los disturbios provocados por los alumnos de la Universidad de Barcelona en 1895, debido al cese de Odón de Buen en su cátedra por incluir el darwinismo en sus clases. La Facultad fue tomada por la policía, jaleada a los gritos de "¡Viva el rector! ¡Viva la unidad católica!". La participación de una u otra tendencia política en el debate científico sobre evolución, era inevitable. De Buen, republicano federal y colaborador con la Escola Moderna de Ferrer i Guàrdia, acabó dedicándose a la divulgación del darwinismo, en vista de la crispación del mundo universitario.
Xavier Vall aportó abundantes muestras, algunas desconocidas, de la presencia del darwinismo en los diferentes géneros de la literatura catalana del s.XIX (la teoría y la crítica literarias, el ensayo, la poesía, la narrativa y el teatro), contextualizándolas en la polémica.
La reflexión sobre la percepción popular en cuanto al parentesco entre simios y hombre, vino de mano de Oliver Hochadel, experto en el estudio histórico de los parques zoológicos. Hochadel mostró varios testimonios de los visitantes a los zoológicos de la época, los cuales se sorprendían todos por los grandes parecidos entre nosotros y aquellos animales encerrados en una jaula. Parecía que las teorías darwinistas no necesitaban de libros y universidades para hacer comprender al pueblo llano los vínculos evolutivos que nos unen. Hochadel habló también de Francesc Darder (1851-1918), el prestigioso veterinario dedicado a las más diversas y rentables empresas, como parques zoológicos, exposiciones de animales disecados o incluso el famoso "Negre de Banyoles".
La última intervención fue de Carlos Acosta, centrándose en el darwinismo en Cataluña durante la dictadura franquista. Tomando a Miquel Crusafont (1910-1983) como eje central, Acosta perfiló el complejo panorama intelectual en una España ultracatólica que debía enfrentarse con la vanguardia científica, la cual apostaba por un darwinismo en el que el azar tenía un papel protagonista en la evolución, ignorando así la mano directora de Dios. Asimismo, se recordó la censura que TVE realizó sobre el programa de Félix Rodríguez de la Fuente, Planeta Azul, que fue relegado a un horario de segunda, por unas referencias a la evolución darwinista.
Esta revisión histórica sirvió de reconocimiento a la figura de Darwin; la visión crítica con la que se abordó no es iconoclasta ni pretende destronar mitos, sino que es una sana reflexión sobre la realidad de los hombres que nos precedieron, que fueron lo que fueron, no lo que inventamos de ellos. La sensación general entre los conferenciantes y asistentes fue de gran satisfacción, pero deseando no tener que esperar cien años más para volver a generar este tipo de refrescantes discusiones.
Referencias
"La projecció pública del Darwinisme a Catalunya", 16 de octubre de 2009, Sala de Vidre (Facultat de Ciències). Agustí Nieto-Galan, Oliver Hochadel, Raimon Sucarrats, Agustí Camós, Xavier Vall, Carlos Acosta.