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En 2001 un nuevo Pestivirus (familia Flaviviridae) se relacionó con un brote de una enfermedad no descrita hasta la fecha en el rebeco pirenaico (Rupicapra pyrenaica). Mediante un estudio molecular, este virus se clasificó dentro del grupo de los virus de la Enfermedad de la Frontera o “Border Disease Virus” (BDV), más concretamente el genotipo 4 (BDV-4).

A partir de muestras de suero y bazo recogidas entre 1990 y 2000, se realizó un estudio retrospectivo de la infección en 74 rebecos, 28 muflones (Ovis ammon), 56 ciervos (Cervus elaphus), 43 corzos (Capreolus capreolus) y 29 gamos (Dama dama) de los Pirineos. Treinta y seis de los 74 sueros de rebeco (48,6%), uno de muflón y uno de ciervo, fueron positivos mediante un test ELISA de detección de anticuerpos.

Posteriormente se realizó una prueba de seroneutralización vírica con 26 sueros positivos de rebeco y los sueros positivos del muflón y del ciervo. Se utilizaron cinco cepas de pestivirus de referencia. Mediante un test ELISA de detección de antígeno, se analizaron 37 rebecos seronegativos, con un resultado positivo en un rebeco y un resultado dudoso en dos rebecos más. En estos tres animales se realizó una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR) y aislamiento vírico, y se obtuvo un resultado positivo en dos animales.

El análisis molecular de los virus obtenidos confirmó que pertenecían al genotipo BDV-4. Estos resultados indican que la infección por el BDV ha tenido lugar en la población de rebecos al menos desde 1990, 11 años antes de que apareciera el primer brote de la enfermedad. Por lo tanto, la aparición de la enfermedad en el año 2001 aparentemente no se debe a la introducción de un nuevo virus, sino a otros factores desconocidos hasta la fecha.