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03/2014

Impacto económico de los tsunamis en la antigüedad clásica

En el marco de un proyecto de investigación sobre la gestión política de las "crisis humanitarias" en la antigüedad clásica, se ha publicado un estudio sobre el impacto económico de los tsunamis en el mundo grecorromano. A partir del análisis de datos históricos y geológicos, los investigadores han podido concluir que la afectación a corto plazo de estos fenómenos fue normalmente importante para las ciudades que los sufrieron, excepto en los casos de destrucción total. A largo plazo no siempre tiene el mismo grado de trascendencia, ya que en pocos años se produce una recuperación económica evidente.

En la memoria colectiva de los últimos años no resulta muy difícil incluir el tsunami del Océano Índico (26 de diciembre de 2004) que ocasionó más de 230.000 víctimas mortales y, más recientemente, el terremoto y el tsunami que afectaron a la costa japonesa en el área del Pacífico (11 de marzo de 2011), causando más de 25.000 muertes y un gravísimo accidente nuclear. En ambos casos al numeroso listado de víctimas hay que sumar una importante devastación a todos los niveles que ha llevado a los expertos a preguntarse por las consecuencias de estas catástrofes, y más concretamente por los efectos que se hayan podido producir en las economías de los países y de las regiones afectadas, tanto a corto como a largo plazo. De hecho, estamos hablando en un primer caso de complejos turísticos de primera magnitud y, en el otro, de una potencia económica como el propio Japón.

A partir de esta reflexión, un estudio reciente intenta averiguar las posibles consecuencias económicas del impacto de los tsunamis -y los terremotos que en muchas ocasiones los preceden-, en este caso en un período histórico remotamente alejado del presente, como sería el antigüedad clásica y, por tanto, el Mediterráneo en toda su extensión. De hecho, en las últimas décadas se ha generado un mayor interés en la descripción y el análisis de los efectos producidos por los desastres naturales sobre las sociedades antiguas, con un aumento de los congresos, los proyectos de investigación como el que sostiene esta investigación (HAR2010 -19185) y los estudios científicos sobre estas temáticas.

En concreto, a partir de las evidencias conservadas en el registro historicoarqueológico y también, en algunos casos, gracias a los testimonios de la actividad geológica, es posible reconstruir ciertos aspectos del impacto de algunos tsunamis datables en nuestro período. Como sabemos, amplias regiones mediterráneas han sufrido históricamente movimientos sísmicos, en algunos casos de grandes proporciones, con los efectos devastadores que todos conocemos. Incluso los terremotos de menor intensidad pero perfectamente perceptibles, como el que sacudió el área de Nápoles durante las pasadas fiestas de Navidad (5 puntos en la escala de Richter), lógicamente provocan la alarma entre la población. En este caso, la alarma resulta totalmente justificada cuando, además, el Vesubio, que domina buena parte de la región de Campania, se convierte en el testigo -de momento inactivo - de una de las catástrofes naturales mejor documentadas del mundo antiguo, provocada por la famosa erupción del año 79 d.C. que cubrió Pompeya, Herculano y otros núcleos menores, y que a la vez fue anticipada por una gran cantidad de terremotos.

La alarma sería incluso más relevante en la antigüedad, dado que se desconocía su funcionamiento desde un punto de vista geológico y en muchos casos se le atribuían orígenes sobrenaturales. También es cierto, sin embargo, que en territorios dotados de una cierta actividad sísmica es probable que la población terminara por convivir con ella de alguna manera. Ahora bien, mientras lo dicho resulta plausible en el caso de los terremotos, los tsunamis se convierten fenómenos mucho más infrecuentes y en general rodeados de un grado más elevado de misticismo, sobre todo a causa de su desconocimiento generalizado por parte de las sociedades antiguas.

En realidad, los tsunami son unos fenómenos geológicos originados por una erupción volcánica o un terremoto que desencadena una serie de olas, no necesariamente de gran altura, pero sí en cambio dotadas de una gran potencia y con capacidad para cambiar el paisaje de forma radical en relativamente poco tiempo. Por tanto, en algunos casos es plausible que las sociedades antiguas en realidad hubieran sufrido una doble catástrofe, y por tanto las consecuencias en su conjunto podrían haber sido mucho más devastadoras que en el caso simplemente de un terremoto o de una erupción.

Probablemente, el mejor ejemplo conocido sería el tsunami que afectó prioritariamente al oriente mediterráneo el 21 de julio del año 365 d.C. Ese día, según el relato muy detallado del historiador romano Amiano Marcelino y fuentes posteriores del período bizantino, un terremoto, cuyo epicentro podría situarse en la isla de Creta, ocasionó una o varias olas que probablemente afectaron al delta del Nilo en Egipto, junto con algunas ciudades de la costa africana, e incluso se especula con la posibilidad de que hubiera llegado a la Grecia continental y a Sicilia. Según la historia de Amiano Marcelino (10.26.15 -19), la presencia de barcos sobre los tejados de la ciudad de Alejandría o en regiones situadas a dos millas de la costa indica la magnitud real de la tragedia.

Al mismo tiempo, la curiosidad que el fenómeno despertó entre la población permite deducir el desconocimiento de su verdadera naturaleza y, en especial del peligro que comportaba, porque al retirarse las aguas en un primer momento, muchos se entretuvieron en revolver el fondo marino, viéndose luego fatalmente sorprendidos por el regreso de las olas devastadoras en lo que significa la típica sucesión de acontecimientos en un tsunami.

A pesar de las numerosas evidencias textuales y el hecho de que algunas inscripciones -fechadas en un momento inmediatamente posterior al 365- detallan la intervención de la cancillería imperial en Roma en la financiación de la restauración de algunos edificios públicos en ciudades africanas afectadas por algún desastre natural, resulta difícil encontrar pruebas concluyentes en el registro geológico sobre el impacto real de este tsunami en concreto. Algunas de estas cuestiones motivaron que los autores del presente estudio analizaran todos los casos conocidos hasta ese momento, a pesar de la escasez de datos disponibles, junto con el magnífico ejemplo del 365, para preguntarse por la posible derivada económica de estas catástrofes.

En el caso del puerto de Caesarea Maritima, una ciudad romana situada en el levante mediterráneo y no especialmente afectada por el tsunami del 365, sí contamos con datos geológicos y arqueológicos sobre la continua necesidad de reformas en sus infraestructuras portuarias debido al impacto de varios tsunamis entre el siglo II y el VI d.C.

Por lo que respecta a la ciudad de Alejandría y el delta del Nilo, la impresión general es que la afectación a corto plazo debía ser relevante, probablemente en los barrios más antiguos de la ciudad, así como en la flota pesquera y comercial y, muy probablemente, en las instalaciones de piscifactoría existentes en el área deltaica. De hecho, según algunos estudios el delta se veía sometido a una constante y lenta salinización, en un proceso que resulta anterior al impacto del tsunami, aunque quizás la ola podría haberlo acelerado. Sin embargo, no parece que la producción agraria egipcia quedara en su conjunto especialmente afectada a largo plazo por estos hechos.

En cualquier caso, y tras el examen de todos los casos para los que existen datos históricos relevantes (hay tsunamis solamente detectados en el registro geológico y de los que no se tenía noticia), la principal conclusión a la que se llega es que salvo aquellos casos de destrucción total de una ciudad (como Hélike, en territorio aqueo, en la Grecia continental, destruida por un tsunami el 373 a.C.), en el resto, la afectación a corto plazo parece normalmente importante a todos los niveles. Por el contrario, a largo plazo el tsunami no resulta de una especial trascendencia, ya que en cuestión de pocos años se acaba produciendo una recuperación evidente en la vida económica de estas sociedades antiguas. Sólo una incidencia reiterada, como en el caso de Caesarea Maritima, junto con otros fenómenos más bien regionales o incluso globales, como el declive de su potencia comercial en un período históricamente convulso, puede conceder trascendencia suficiente a nivel económico a este fenómeno tan peculiar de la naturaleza.

Toni Ñaco del Hoyo (Professor de Recerca ICREA a la UAB)
Dario Nappo (Investigador Juan de la Cierva a la UAB)

Referencias

Ñaco del Hoyo, T.; Nappo, D. When the waters recede: the economic impact of tsunamis in the Graeco-Roman world. Revue Belge de Philologie et d’Histoire 91: 45- 68. 2013.

 
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