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El Equipo de Desarrollo Organizacional (EDO) ha realizado recientemente un estudio que, con financiación del Consejo Superior de Deportes (CSD), ha permitido diagnosticar las manifestaciones y las causas de la intolerancia en las competiciones deportivas escolares. En el estudio han participado escolares, deportistas, entrenadores, técnicos deportivos, profesores, familias, árbitros y responsables institucionales mediante 529 cuestionarios, 44 entrevistas y 4 grupos de discusión.

Los principales resultados del estudio evidencian que las manifestaciones de intolerancia más frecuentes en el ámbito de las competiciones deportivas escolares suelen vincularse a la falta de respeto y apoyo a la función desarrollada por los árbitros, a los insultos y otras manifestaciones de violencia, y a la ausencia de colaboración con los entrenadores. Los resultados también señalan que hay que evitar pedir esfuerzo sin límite a los niños y jóvenes deportistas, que es preciso abolir las carencias de respeto y el requerir comportamientos de estrella, así como hablar despectivamente de los entrenadores y menospreciar las tareas que éstos realizan. Las agresiones verbales, por parte de familiares y espectadores, son las más habituales en este ámbito y suelen dirigirse a árbitros, entrenadores y deportistas a partir de determinadas acciones del juego y decisiones arbitrales.

Se constata que las causas personales de la intolerancia guardan relación con la imitación y el deseo de sobresalir, la tensión y la presión por ganar, el orgullo y la envidia, la falta de respeto y el comportamiento incívico de los espectadores. En cambio, las causas contextuales de la intolerancia tienen más que ver con una mayor preocupación por los resultados que por la formación, con la falta de cultura de la tolerancia y con la existencia de una determinada cultura de la violencia asumida socialmente.


Imagen 1: Foto de la Jornada celebrada en la UAB en la que se presentaron los principales resultados del estudio.
 
La educación en la tolerancia de todos los implicados en las competiciones deportivas escolares es la medida que los participantes consideran más efectiva para combatir la intolerancia. Y es, en este sentido, que el estudio concluye con el diseño y la validación de un Código de Conducta que, por un lado, contempla los diversos colectivos y agentes implicados –personas, grupos e instituciones– y, por otro, los niveles de regulación –principios, justificación, normas reguladoras y conductas a evitar.

A pesar de los esfuerzos realizados hasta el momento, la intolerancia sigue estando presente en las competiciones deportivas escolares. Es por este motivo que documentar su presencia y desarrollar un Código de Conducta como propuesta para incidir en la mejora de la deportividad puede apoyar el establecimiento de programas de intervención. Este hecho puede contribuir, a su vez, a generar conciencia individual y colectiva en torno a la necesidad de erradicar los comportamientos intolerantes en el deporte escolar, ya que suponen un verdadero impedimento para la formación de niños y jóvenes en valores educativos. Instrumentos como los Códigos de Conducta, u otros, deberían servir a los centros escolares y a las entidades deportivas para reflexionar y poner en marcha medidas organizativas en favor de la convivencia y la tolerancia, y la erradicación de la violencia en las competiciones deportivas escolares.