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03/2011

Jean Guilaine nos habla sobre las redes neolíticas en el Mediterráneo Occidental

Jean Guilaine, arqueòleg
"Hay una herencia neolítica en todos nosotros"
 
Jean Guilaine es un arqueólogo francés, experto en el Neolítico y la Edad de Bronce. Lleva 50 años realizando excavaciones por todo el Mediterráneo, una actividad que combina con las clases que imparte como profesor emérito en el Collège de France. El febrero pasado participó en el I Congreso Redes en el Neolítico. Circulación e intercambio de materias, productos e ideas en el Mediterráneo Occidental (VII-III milenios aC), organizado por el Departamento de Prehistoria de la UAB y el Parque Arqueológico Minas de Gavà. UAB Divulga aprovechó la ocasión para entrevistarlo. Investigador meticuloso y divulgador apasionado, nos habló de las últimas hipótesis sobre las sociedades neolíticas y de cómo las nuevas técnicas de análisis de materiales han contribuido a elaborarlas.

Jean Guilaine es un prestigioso arqueólogo francés. Profesor del Collège de Francia, ha investigado durante más de cincuenta años las civilizaciones europeas del Neolítico y de la Edad de Bronce. A lo largo de su trayectoria ha sido distinguido con el Gran Premio de Arqueología del Ministerio de Cultura de Francia y es caballero de las Artes y de las Letras, del Mérito Nacional y de la Legión de Honor de su país. Ha publicado más de 500 artículos y una veintena de monografías y de libros. Tiene también una extensa filmografía, como director y participante de documentales divulgativos.
 
Currículum de Jean Guilaine

- ¿Que son las redes neolíticas?
 
- Durante el Neolítico se crearon unos ejes de circulación que permitieron el intercambio de materiales, objetos e ideas entre diferentes comunidades humanas. Los encontramos a corta escala y a miles de kilómetros de distancia. Tenemos, por ejemplo, modelos de hachas pulidas elaboradas en los Alpes que encontramos en Nicosia, en la Península Ibérica o en Bulgaria. Son redes de aprovisionamiento entre diferentes poblaciones, que pueden implicar material útil, por ejemplo el sílex, para hacer los instrumentos de la época, para la deforestación, para crear campos de cultivo, y también objetos de carácter simbólico, que indican el estatus social de un individuo. Hay muchas clases de materiales y elementos que circulan, pero también podemos saber cómo circulan. Todo ello nos permite restituir, no sólo lo que es material, sino también la esfera social. Su estudio nos sirve para conocer mejor las sociedades de aquel periodo.
 
- ¿Cómo eran las sociedades del Neolítico?
 
- En los últimos años hemos podido avanzar mucho en su conocimiento, gracias a las nuevas técnicas de análisis de materiales y de restos biológicos. Esto nos ha dado una nueva visión sobre las primeras sociedades agrícolas. Antes se pensaba que eran sociedades cerradas, con una economía autárquica, autosuficiente. Ahora hemos visto que estaban irrigadas por estas redes de circulación de materiales y de objetos, concentradas en rincones por toda Europa, y que se relacionaban comercial y socialmente.
 
- ¿Cómo han contribuido las nuevas técnicas de análisis a mejorar el conocimiento en arqueología?
 
- Desde la segunda mitad del siglo XX en que se desarrollaron, los arqueólogos conocemos mejor algunos fenómenos. Tenemos las que nos permiten caracterizar los materiales, como la mineralogía o la petrografía, a partir de las que podemos saber exactamente dónde se encuentra el yacimiento productor de un material, y a partir de aquí cuáles son las áreas de su difusión. Por ejemplo, las hachas pulidas del Piamonte, que las encontramos en Varna, sobre el Mar Negro, a miles de kilómetros, en las tumbas de los poderosos de la época. Otras herramientas importantes han sido los análisis químicos y genéticos, con los que podemos saber si algunas poblaciones son del mismo lugar en que se han encontrado los restos, o han venido de fuera y se han establecido; y las cronológicas, como la datación por radiocarbono, que nos permite decir de qué era es un objeto concreto.
 
- ¿Hay semblanzas entre aquellas sociedades y las actuales?
 
- Evidentemente, hay una herencia neolítica en todos nosotros. Nuestra sociedad urbanizada emerge ya entonces. En el Neolítico es el hombre quien domina la naturaleza, al contrario de lo que pasaba en el Paleolítico. Inventa la agricultura y la ganadería, puede producir su alimento tanto como desea y domina la distribución de los recursos. Y, al mismo tiempo, se producen las primeras desigualdades sociales, surgen las élites... Es el principio de nuestro mundo histórico.
 
- Violencia incluida
 
- Durante mucho tiempo existía la teoría que el Paleolítico había sido como un paraíso pacífico y que fue en el Neolítico cuando surgió la violencia, con la capitalización y la creación de riqueza. Algunos investigadores pudimos demostrar que esta hipótesis estaba influenciada por creencias filosófico-religiosas y que en el Paleolítico también se dieron conflictos entre individuos y poblaciones. De hecho, la violencia no es constitutiva de una sociedad concreta, es consustancial a la especie humana cuando las condiciones la propician.
 
- ¿La imaginación es un requisito para ser arqueólogo?
 
- No necesariamente. El arqueólogo tiene los datos y después de observarlos y describirlos, los tiene que interpretar. El historiador francés George Duby decía ?cuando miro los mapas y los textos de la edad media tengo un esqueleto. Necesito ponerle la carne y como no la tengo, la fabrico?. Esto ilustra, en cierto modo, el trabajo del arqueólogo, pero cada vez más, gracias a los adelantos científicos, podemos hacer análisis más precisos y elaborar hipótesis muy fiables.
 
- ¿Estudiar un tiempo tan pasado puede incidir en la historia contemporánea?
 
- Hay dos maneras de hacer la historia, especializándose en un periodo muy concreto o procurar tener una perspectiva global. Yo creo que el historiador tendría que hacerlo de la segunda manera. Para mí la historia del hombre empieza con la hominización y llega hasta hoy en día. Es una noción que sería necesario integrar en los programas de educación, para que tengamos una visión de la historia del hombre en toda su trayectoria y no limitarla al tiempo histórico, es decir, hacerla empezar con la escritura. Esta es la visión tradicional, pero es una visión falsa. Porque cuando aparece, la escritura supone una gran limitación. Connota el poder de los que saben escribir y deja al resto de la sociedad fuera del sistema. Tenemos que tener una visión globalizada y globalizante de la historia del hombre.

María Jesús Delgado
Àrea de Comunicació i de Promoció
Universitat Autònoma de Barcelona
 
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