La circuncisión masculina puede reducir el riesgo de contraer algunas enfermedades de transmisión sexual
La circuncisión masculina es una de las más antiguas y más frecuentes intervenciones quirúrgicas realizadas rutinariamente en el hombre. Sin embargo, no ha dejado nunca de ser una de las intervenciones que más polémica ha generado. La discusión radica sobre la justificación de su recomendación dados los riesgos de la intervención y los beneficios que se obtienen con la reducción del riesgo de adquirir un número importante de infecciones y enfermedades genitales. Este artículo repasa la evidencia científica que se está estableciendo en los últimos años sobre los beneficios de la circuncisión en la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el cáncer de cuello de útero. Siempre se había sospechado y observado en múltiples estudios epidemiológicos una asociación inversa entre la circuncisión y el riesgo de este cáncer, pero nunca se había cuantificado su grado de beneficio teniendo en cuenta la infección genital por el VPH, el agente causal del cáncer de cuello de útero.
Investigadores de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, Lyon, Francia) y del Instituto Catalán de Oncología (ICO, L'Hospitalet de Llobregat) emprendieron un estudio multicéntrico con mujeres con cáncer de cuello de útero, mujeres sin cáncer de cuello de útero y sus correspondientes parejas sexuales estables. El diseño de este estudio permitió evaluar esta asociación teniendo en cuenta el VPH detectado tanto en el hombre como en la mujer. Participaron un total de 1.913 parejas en las que se cuantificó el VPH presente en el pene y en el cuello de útero de las parejas participantes.
Este estudio concluyó por primera vez y de una forma muy precisa, no sólo que la circuncisión estaba asociada a una reducción significativa del riesgo de infección por VPH en el pene, sino también que las mujeres de maridos circuncidados disfrutaban de un riesgo notablemente disminuido de adquirir tanto la infección por VPH como de desarrollar cáncer de cuello de útero, sobre todo en aquellas parejas en las que el hombre había tenido una conducta sexual de una alta promiscuidad. Estas asociaciones eran coherentes con los hallazgos adicionales como la infección por VPH en el pene se asociaba a un aumento de riesgo de infección por VPH en el cuello de útero de la pareja y que la infección por VPH en cuello de útero de la pareja se asociaba a un gran aumento de riesgo de desarrollar cáncer de cuello de útero.
Más allá del VPH, existe una fuerte evidencia científica proveniente de estudios observacionales y ensayos clínicos realizados en zonas de alto riesgo de África, que muestra muy robustamente que la circuncisión masculina reduce notablemente la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), el agente causal del SIDA.
La necesidad de iniciativas para prevenir el SIDA y el cáncer de cuello de útero, ligado con esta evidencia global, ahora ya muy sólida, del efecto protector de la circuncisión en el VPH, el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, hacen que esta sencilla intervención pueda convertirse en una muy buena opción de prevención de estas enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA) están apoyando la introducción o expansión de programas de circuncisión masculina para la prevención del VIH. Por tanto, la introducción segura y efectiva de la circuncisión masculina, suponiendo que fuera ampliamente aceptada e implementada, podría resultar la mejor estrategia preventiva en hombres adultos en países de alto riesgo y en vías de desarrollo que no se pueden permitir la implementación de otras estrategias de prevención del VIH, del VPH y de sus enfermedades asociadas.
Referencias
Male circumcision, human papillomavirus and cervical cancer: from evidence to intervention. Bosch, F. Xavier; Albero, Ginesa; Castellsague, Xavier. JOURNAL OF FAMILY PLANNING AND REPRODUCTIVE HEALTH CARE, 35 (1): 5-7 JAN 2009