UABDivulga - Barcelona recerca i innovació

La historia de las guías turísticas no comienza con Pausanias, pero su selección de 10 volúmenes sobre cómo visitar Grecia en el siglo II dC es la publicación más antigua que ha sobrevivido hasta nuestros tiempos cuyo objetivo es explicar la destinación al viajero. Desde entonces, estos libros han acompañado las personas que quieren conocer su próxima destinación antes de emprender el camino. Las guías turísticas modernas aparecieron en la década de los 30 del siglo XIX con los editores John Murray en Londres y Karl Baedeker en Koblenz y Leipzig. A partir de estos ‘handbooks’, los turistas modernos han podido tener un marco con el cual definir los límites de sus viajes.

Las destinaciones siempre tienen una o diversas imágenes turísticas. Ellas pueden convivir en el presente o puede ser diferentes a través de los años. Algunas imágenes son substituidas mientras otras son adaptadas. Algunas son creadas y otras son orgánicas. En fin, hay tantas imágenes turísticas como destinaciones por visitar y turistas por viajar. De la misma manera, también hay varias formas de evaluarlas: tarjetas postales, folletos de agencias de viajes, encuestas a los visitantes y un largo etcétera. Uno de los recursos menos estudiados, sin embargo, son las guías turísticas y esta investigación busca rellenar este hueco. En tiempos orwellianos de aplicaciones móviles y páginas web que sugieren todo tipo de atractivos y actividades turísticas de manera cambiante y que no dejan registro de usos y significados anteriores, la utilización de guías turísticas de papel es un recurso adecuado para entender como las imágenes turísticas han cambiado al largo del tiempo.

El Turismo ocurre en el espacio – tanto el espacio físico, como en el espacio social. Los cambios de uso y significado de lo que se considera turístico solo pueden ser entendidos si la investigación tiene una mirada geográfica hacia el territorio. A finales del siglo XX, la Ciudad ha cambiado y el Turismo urbano ha ganado importancia en los estudios geográficos como un fenómeno que ocupa sitios antes impensables para los turistas y estas nuevas experiencias influyen de manera contundente en las imágenes de las destinaciones turísticas.

Esta Tesis buscar entender cómo los cambios en la imagen turística de una destinación pueden ser entendidos a través del análisis de sus guías turísticas publicadas a lo largo del tiempo. Para ello, la Tesis entiende que el método de la Teoría Fundamentada es la mejor herramienta porque habilita el investigador adentrarse al fondo de los datos para buscar una teoría que explique como la guía presenta la destinación. Para trabajar con una cantidad de datos tan grande, la utilización del software ATLAS.ti ha sido importante tanto para organizar y analizar las guías como para extraer y presentar los datos y, no menos importante, para preservar los libros tal y como fueron adquiridos.

Para llevar a cabo la Teoría Fundamentada, hacía falta una destinación en concreto y sus correspondientes guías. El interés del investigador por Barcelona ha sido clave y la investigación se ha centrado en la evolución de la imagen turística de la capital catalana a través de sus guías turísticas. Un total de 13 libros en 5 lenguas y 12 editoriales han sido elegidos en una selección no-aleatoria. El estudio longitudinal ha examinado 128 años de Turismo en Barcelona, desde 1888 –año de la Exposición Universal– hasta 2016. Casi todas las décadas han sido estudiadas y todos los grandes eventos han sido contemplados.

Después de analizar las guías turísticas y exponer sus teorías a través de textos, mapas, redes y nubes de palabras, esta Tesis ha podido concluir que –aunque la ciudad haya tenido diversas imágenes turísticas a lo largo de estos casi 130 años– el Barri Gòtic de Barcelona es la principal imagen turística de la capital catalana desde el comienzo del Turismo moderno. También ha podido comprobar que la omnipresencia de Antoni Gaudí y sus obras en el imaginario turístico de la ciudad es relativamente nuevo, más concretamente después de los Juegos Olímpicos de 1992. Por fin, esta investigación también ha sido capaz de probar que las guías turísticas son una fuente fiable de información sobre la imagen turística de una destinación y que este modelo puede ser utilizado en otras destinaciones.