Las interjecciones como 'mira' o 'vaya' constituyen una clase sintáctica coherente
Las oraciones exclamativas (¡Qué caro es! ¡Qué tonto eres!) suelen ir acompañadas de ciertas palabras a menudo clasificadas como interjecciones de sorpresa, como alça, ma (típica del valenciano), manoi, mira, u òndia en catalán, mira, pucha o vaya en castellano, guarda o toh en italiano, o nossa o olha en portugués:
(1) Ma que és bonic això!
(2) Manoi, que és grossa! I com pesa, la mala bèstia!
(3) ¡Vaya que era difícil saber cómo sentirse frente a esa ley!
(4) ¡Pucha, Michelle, qué pena que esto haya pasado!
(5) Toh! Maria ha dimenticato le chiavi!
En este artículo defendemos que estas palabras tienen una función pragmática muy concreta: nos aportan el punto de vista del hablante sobre la información que transmite la oración, concretamente que la información que se presenta es inesperada para el hablante. Por tanto, estas palabras tienen un valor semántico unitario que se ha descrito en la bibliografía especializada bajo la etiqueta de 'miratividad'.
Además de tener un valor pragmático unitario, también mostramos que estas palabras tienen un comportamiento sintáctico unitario. En primer lugar, en el artículo detallamos su posición respecto a otras partículas exclamativas, como si o que o sintagmas exclamativos como qué listo:
(6) Manoi, si que n’és, de bo!
(7) Ma que és bonic això!
(8) ¡Vaya, qué listo que eres!
El orden es siempre regular: las palabras con valor de sorpresa (manoi, ma, vaya) preceden siempre a las palabras exclamativas.
En segundo lugar, también describimos cómo se comportan estas palabras respecto a los vocativos. Si el vocativo sirve para llamar la atención, aparecen justo detrás (Tu, goita les pentinetes del monyo!), pero si el vocativo es un elemento para mantener el contacto con el interlocutor, entonces aparecen justo delante (Goita, noi bufó, quina pila de caça!). Esto nos permite explicar la formación de la palabra manoi como una lexicalización de la forma ma, que indica información inesperada como en (1) o (7), y el vocativo noi. Lo podemos ver con el siguiente par:
(9) Ma, noi, quina remorassa!
(10) Manoi, Pip, company! quin savi no sou!
Mientras en (9) todavía tenemos dos elementos independientes, la palabra ma y el vocativo noi, en (10) ya tenemos la forma lexicalizada manoi, que ya ha pasado a funcionar como la marca de información inesperada ma, y, por tanto, va seguida del vocativo Pip.
En conclusión, el artículo ofrece una descripción completa y con datos nuevos de corpus de un conjunto de palabras que se han clasificado de forma muy imprecisa bajo la categoría de las interjecciones, un verdadero cajón de sastre donde los gramáticos guardan a menudo las palabras que no encajan con ninguna de las principales categorías gramaticales (nombres, verbos, preposiciones, conjunciones, etc.). En contraste con el tratamiento previo, mostramos que tienen una función interpretativa muy clara: marcar que la oración contiene información inesperada para el hablante. Además, en el artículo se demuestra que su sintaxis es muy estricta y regular respecto a las palabras exclamativas y los vocativos, lo que nos reafirma en la idea de que constituyen una clase sintáctica coherente y que contribuyen de manera crucial a la interacción entre la sintaxis y la pragmática, en la línea de los defensores del programa cartográfico de la sintaxis.
Departamento de Filología Catalana
Universitat Autònoma de Barcelona
Referencias
Villalba, X. (2024). Romance exclamative markers at the syntax-pragmatics interface: A compositional approach to exclamativity. Journal of Pragmatics, 226, 64–77. https://doi.org/10.1016/j.pragma.2024.04.004