Lo que dices importa: códigos verbales i visuales en la memoria
El término memoria de trabajo hace referencia a los procesos cognitivos implicados en el almacenamiento temporal de un reducido número de elementos que tiene lugar mientras la persona está simultáneamente procesando nueva información. Es equivalente al término memoria a corto plazo, pero pone énfasis en el procesamiento y actualización de la información, no sólo en su almacenamiento.
El modelo explicativo que sigue recibiendo más aceptación actualmente es el propuesto por Baddeley y Hitch en 1974, que se ha convertido en un marco teórico para conceptualizar el rol de la memoria a corto plazo en la ejecución de un gran número de tareas cognitivas complejas, como la lectura o el aprendizaje de vocabulario. Estos autores definen la memoria de trabajo como un sistema de capacidad limitada en el que se pueden diferenciar tres componentes: un controlador atencional y dos subsistemas, uno encargado de almacenar y procesar información de carácter verbal y el otro para la información visual y espacial (las propiedades físicas de los objetos como la forma, el color o la localización).
A pesar de tratarse de componentes diferenciados, una de las preguntas que surgen es cómo interaccionan entre ellos y nuestro experimento plantea precisamente esta cuestión, es decir, hasta qué punto están implicados los códigos verbales cuando debemos recordar elementos visuales como triángulos o círculos de colores: ¿retenemos un triángulo de forma puramente visual, imaginándolo? ¿O bien retenemos la palabra "triángulo"?.
Para impedir que se pueda recurrir a la codificación verbal de los objetos visuales, manipulamos el componente verbal repitiendo palabras en voz alta y así se evita que los estímulos visuales puedan ser codificados verbalmente. Por ejemplo, si repetimos continuamente las palabras "uno, dos, tres" mientras intentamos memorizar un triángulo rojo, es de suponer que será más difícil recordar las palabras "triángulo rojo" pero más facil de retener la imagen que nos evoca.
¿Pero qué pasará si, cuando tenemos que memorizar a la vez 4 formas de colores, en vez de repetir dígitos o palabras irrelevantes repetimos el nombre de otra forma coloreada que no forma parte del set a recordar (Condición 1, p.e "hexágono marrón")? Y, ¿repetir un par de palabras concretas, que son fácilmente imaginables (Condición 2, p.e "mesa grande"), causará más interferencia que repetir un par de palabras abstractas (Condición 3, p.e "suceso crítico")? En resumen, el objetivo del experimento era comprobar si el contenido de lo que decimos en voz alta influye de manera diferenciada en el recuerdo de estímulos visuales, suponiendo una novedad respecto a estudios previos que únicamente han estudiado la interferencia del material verbal per se pero no de su significado.
Nuestros resultados demostraron que repetir palabras en voz alta mientras se recuerdan formas coloreadas tiene efectos negativos en este recuerdo indicando que la memoria de trabajo visual se sustenta, en parte, en códigos verbales. Por otra parte, parece ser que la interferencia no es únicamente verbal, ya que si fuera así, todas las condiciones experimentales hubieran afectado al recuerdo visual por igual, mientras que los resultados mostraron diferencias entre las condiciones 1 y 2, y la 3.
¿Cuál es la principal diferencia entre ellas? Las condiciones 1 y 2, que causaron más interferencia, implican repetir en voz alta palabras que tienen una representación visual en nuestra memoria a largo plazo: un hexágono marrón, una mesa grande etc. son conceptos concretos y que podemos imaginar fácilmente. En cambio, la condición 3 consiste en repetir en voz alta palabras abstractas, que no tienen una correspondencia visual clara (por ejemplo, la pareja de palabras "suceso crítico" difícilmente nos puede evocar una imagen mental).
Por lo tanto, lo que hemos encontrado es que si repetimos palabras imaginables, se produce una interferencia mucho mayor en el recuerdo de formas y colores que si repetimos palabras que no pueden ser imaginadas visualmente. Este hallazgo indica que de alguna manera, los conceptos que repetimos en voz alta activan una representación visual que ya tenemos almacenada en la memoria a largo plazo, y este concepto visual "compite" con las formas y colores a recordar (probablemente debido a la limitación en la capacidad de la memoria de trabajo visual). Sin embargo, repetir en voz alta un color y una forma no afecta el recuerdo en mayor medida que repetir palabras concretas, por lo que parece ser que el hecho de que las palabras a repetir estén semánticamente relacionadas con los objetos a recordar, no perjudica el recuerdo de forma específica.
La conclusión principal es que cuando articulamos palabras, obviamente disminuimos la probabilidad de recordar los objetos visuales en términos verbales pero todavía empeora más el recuerdo el hecho de que se produzca una competencia entre las representaciones visuales que se generan con la repetición y los elementos que debemos recordar, ya que ambas cosas se sostienen en un mismo tipo de código: el visual. El artículo pone de relevancia la importancia del contenido de las palabras empleadas para ocupar el subcomponente verbal, la interacción entre códigos visuales y verbales en la memoria de trabajo y la implicación de la memoria a largo plazo.
Referencias
Judit Mate; Richard J. Allen; Josep Baqués
What you say matters: Exploring visual–verbal interactions in visual working memory
The Quarterly Journal of Experimental Psychology. Volume 65, Issue 3, pages 395-400, 2012.