Madres, drogas y bebés
En los últimos años, se ha conseguido la evaluación de la exposición a drogas de abuso en el útero mediante el estudio de matrices biológicas (sustancias orgánicas) procedentes del feto y del neonato. Por ejemplo, se puede utilizar el meconio – las primeras heces del bebé-, el cabello del feto, la sangre del cordón umbilical o la orina del neonato. También se pueden utilizar matrices de la madre embarazada o de la madre que da el pecho (por ejemplo, cabello, sangre, saliva, sudor, orina, leche materna), o de sustancias que son a la vez del feto y de la madre (por ejemplo, la placenta o el líquido amniótico -el líquido que hay dentro del útero durante el embarazo-).
En general, estas matrices tienen la ventaja de que su recogida no es invasiva (con la excepción del líquido amniótico, para el cual hace falta hacer una punción del útero a través del abdomen de la mujer embarazada) y que permiten una detección precoz de la exposición en diferentes periodos de la gestación. Algunas de ellas también proporcionan un registro histórico prolongado de la exposición prenatal a determinadas drogas: el líquido amniótico para el principio de la gestación, el meconio para el segundo y el tercer trimestres del embarazo, el cabello fetal para el tercer trimestre y finalmente el cabello materno (si es lo bastante largo, aproximadamente de 10 centímetros) para toda la gestación. La placenta puede demostrar el paso de una sustancia de la madre al feto. La sangre del cordón umbilical y la orina del neonato son útiles para determinar la exposición aguda a drogas de abuso durante el periodo inmediatamente anterior al parto. La detección de drogas en sangre, saliva o sudor de la madre sólo permite detectar el consumo agudo que se ha producido en las horas previas a la recogida y da poca información sobre la exposición fetal.
Se han utilizado diferentes pruebas inmunológicas para la detección de las drogas en estas matrices o como herramientas de investigación cuando no se dispone de técnicas basadas en la cromatografía y espectrometría. Sin embargo, en la última década, se han venido utilizando de forma rutinaria técnicas que combinan la cromatografía líquida y de gases con la espectrometría de masas y se ha conseguido una identificación adecuada de las drogas y sus sustancias derivadas (metabolitos) en estas matrices biológicas.
Las matrices fetales, neonatales y, ocasionalmente, maternas son receptoras en diferentes grados de las drogas a las cuales ha sido expuesto el feto en el útero. Es importante realizar una valoración cuidadosa de la exposición fetal a drogas de abuso mediante el análisis de estas sustancias, para poder identificar a los neonatos de riesgo y que pueden requerir tratamiento y seguimiento.
Aunque actualmente los métodos analíticos son específicos y sensibles, tanto como para permitir la detección de cantidades incluso mínimas de las drogas originales y de sus derivados, se necesitan más estudios para hacer que esta información se pueda aplicar a la práctica clínica. Finalmente, el mecanismo de paso de las drogas al feto a través de la placenta y los posibles efectos adversos de las drogas sobre los organismos en desarrollo se han de investigar con nuevos estudios en animales y en seres humanos.
Universitat Autònoma de Barcelona
Instituto Municipal de Investigaciones Médicas
Referencias
“Biological matrices for the evaluation of in utero exposure to drugs of abuse” Lozano, J; Garcia-Algar, O; Vall, O; de la Torre, R; Scaravelli, G; Pichini, S. THERAPEUTIC DRUG MONITORING, 29 (6): 711-734 DEC 2007