Nueva especie fósil de raya: una migración transoceánica en el Cretácico
En los afloramientos finicretácicos de Fumanya (Cuenca de Vallcebre, Berguedà) se han encontrado rastros de huellas fosilizadas de dinosaurios, restos de diversos vegetales, y fósiles de cocodrilos. Recientemente, en la investigación llevada a cabo por el Dr. Alejandro Blanco, del Institut Català de Paleontologia, se han identificado, además, unos dientes característicos que demuestran la presencia de rayas del Orden Myliobatiformes en este paleoecosistema. Algunos de estos dientes se han podido atribuir a una especie nueva. Esta nueva raya, llamada Igdabatis marmii, recibe su nombre en honor al paleontólogo Dr. Josep Marmi, quien ha investigado intensamente el registro fósil de esta zona.
Al igual que el resto de condrictios (peces cartilaginosos), el esqueleto de las rayas no queda preservado en el registro fósil salvo en condiciones excepcionales. Por eso, la mayoría de la información que existe sobre su historia evolutiva proviene de restos dentales fosilizados. En el caso particular de las rayas, los dientes se han modificado formando unas placas dentales con las que trituran su alimento. Las rayas myliobátidas, además, llevan esta adaptación al extremo, teniendo unas placas dentales con un número reducido de dientes, mucho más anchos y de corona más gruesa (mayor eficacia para triturar); o llegando incluso a perderse totalmente en especies nectónicas.
Otro hecho característico de las rayas es que, por lo general, son animales bentónicos que viven en aguas poco profundas de la plataforma continental. Excepto para especies activamente nadadoras, como las mantas, las zonas de agua profunda representan barreras geográficas infranqueables. Por eso, las rayas se consideran buenos indicadores paleobiogeográficos ya que la presencia de un mismo taxón en masas continentales distintas es el resultado de una conexión geográfica mientras que los endemismos reflejan su aislamiento.
La nueva especie Igdabatis marmii está emparentada con una especie descubierta en el Cretácico terminal de Níger (Igdabatis sigmodon) y con otra descubierta en el Cretácico terminal de India (Igdabatis indicus), ambos, por aquel entonces, continentes del hemisferio sur. Esta nueva especie es, sin embargo, cronológicamente anterior a las dos ya conocidas. Según el estudio, este grupo de rayas myliobátidas se habría originado en la Península Ibérica durante el Maastrichtiense inferior (hace unos 71 millones de años). Pero hace aproximadamente 67 millones de años migró, primero a África, y desde ahí, a la India, cruzando a lo largo de las plataformas continentales y originando especies descendientes en estos nuevos continentes. Lamentablemente, todas las especies de Igdabatis se extinguieron, junto a los dinosaurios, hace 66 millones de años.
Figura 1. Evolución y dispersión de Igdabatis entre los diferentes continentes durante el final del Cretácico (Alejandro Blanco, CC BY-NC-ND 4.0).
Universidade da Coruña
Grupo de Investigación de Faunas del Mesozoico
Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont
Universitat Autònoma de Barcelona
Referencias
Blanco, A. (2019). Igdabatis marmii sp. nov. (Myliobatiformes) from the lower Maastrichtian (Upper Cretaceous) of north-eastern Spain: an Ibero-Armorican origin for a Gondwanan batoid. Journal of Systematic Palaeontology, 17(10), 865-879. DOI:10.1080/14772019.2018.1472673.