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Los cambios conceptuales y metodológicos en los sistemas empleados para la construcción de la Contabilidad Nacional, especialmente a causa de la implantación en la Unión Europea del sistema de cuentas SEC-95, así como la revisión de los datos de población más actuales a causa de los censos realizados en la misma UE en 2011 obligan a introducir modificaciones sustanciales en las series de los principales agregados contables. El INSEE para Francia, Alberto Baffigi (Banca d’Italia) para Italia y Jordi Maluquer de Motes (UAB) para España y Portugal han construido nuevas series homogéneas y actualizadas del PIB, la población y el PIB por habitante desde 1950.
 
El PIB es el mejor indicador del bienestar material de que se dispone y permite realizar comparaciones en el espacio y en el tiempo como ningún otro indicador conocido. El procesamiento de las series mencionadas del PIB y del PIB por habitante de los cuatro países de la Europa Latina permite alcanzar conclusiones no por esperadas menos interesantes, puesto que se cuenta con evidencia cuantitativa hasta ahora desconocida.
 
El crecimiento económico de los cuatro países es muy semejante en niveles y ritmos. Se comprueba, sin embargo, que la economía española creció más que las otras tres, tanto en la producción de bienes y servicios como en la dimensión demográfica y también en PIB por habitante, tal vez por haber partido de un nivel más bajo salvo en el caso de Portugal. España alcanzó mejores resultados que Portugal en la convergencia con la media de la UE. De todos modos, las diferencias en la trayectoria del PIB per cápita de ambos países son muy pequeñas. El crecimiento del PIB de Francia fue muy cercano al de Italia, pero, dado que la población italiana aumentó bastante menos que la francesa, el PIB por habitante de Italia mejoró en mayor medida. En ambos casos, las cifras son algo más bajas que las de los dos países ibéricos, más atrasados en el punto inicial del período analizado.
 
Observados en períodos de medio plazo, resulta especialmente destacado el crecimiento de todos los países en los veinticinco primeros años (1950-1975), mientras que en los treinta siguientes la expansión resultó mucho más moderada y de 2007 en adelante se sumieron en la nueva gran depresión. En los cuatro países, el máximo histórico del PIB por habitante se alcanzó en el año 2007, si bien la intensidad de la caída en 2007-2013 ha sido distinta: mayor en Italia (-1,94 por ciento anual) y España (-1,62 por ciento) y menos dramática en Portugal (-0,95) y en Francia (-0,18 por ciento).