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La imagen del páncreas obtenida mediante ultrasonidos (US) ha significado un gran avance en los últimos años y juega un importante papel en la detección, caracterización y la detección de la fase de las enfermedades pancreáticas. La ultrasonografía convencional del páncreas es una modalidad de imagen no invasiva, que continúa siendo el primer paso a realizar en la evaluación del páncreas.

El páncreas es un órgano abdominal de situación central, por detrás del estómago y por delante de los vasos que forman el eje esplenoportal y los grandes vasos como la aorta y la vena cava. El páncreas se divide en cabeza, cuello, cuerpo y cola. De acuerdo con la literatura, el páncreas puede ser visualizado por US en un gran porcentaje de pacientes (93%). No obstante, para obtener una completa visualización de todas las porciones del páncreas, es conveniente realizar diferentes técnicas, como llenar el estómago con agua, examinando al paciente en inspiración o expiración mantenida y cambiando al paciente de posición.

En los procesos patológicos la capacidad para reflejar los ultrasonidos del páncreas (su ecogenicidad) se ve alterada. Entre estos procesos están la pancreatitis aguda y sus complicaciones, la pancreatitis crónica o los adenocarcinomas pancreáticos. Mediante la ultrasonografía se pueden visualizar todo tipo de complicaciones, como colecciones líquidas, pseudoquistes, abscesos, necrosis infectada, hemorragia, pseudoaneurismas y la trombosis venosa.

Existe un consenso general de que la primera técnica a utilizar en su diagnóstico debe ser los US, teniéndose que confirmar junto con la TC (tomogafía computarizada), la RM colangiopancreatografia y la colangiografía retrógada. El desarrollo tecnológico reciente en el campo de los US, como los armónicos y la inversión del pulso, el power-Doppler y nuevos contrastes, permite que los US puedan competir con la TC y la Resonancia magnética.