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La expresión de todos los impactos y las políticas del cambio climático en términos monetarios ha sido criticada por no reconocer plenamente las múltiples dimensiones del bienestar y de los ecosistemas humanos. En cambio, el estudio de los cambios en el bienestar humano en lugar de los cambios en los flujos monetarios causados ​​por el cambio climático y la política climática puede profundizar nuestra comprensión de los impactos y las maneras de retrasar el calentamiento global. En mi tesis doctoral analizo los impactos y la política del cambio climático desde una perspectiva de felicidad.

En la literatura, la felicidad y la satisfacción con la vida, a menudo considerados componentes del bienestar subjetivo, se miden normalmente utilizando cuestionarios y escalas numéricas que luego sirven de base para un análisis econométrico. He tomado las inundaciones como ejemplos de sucesos climáticos extremos y he estudiado su efecto sobre el bienestar subjetivo. Los resultados pueden servir para estimar algunos de los costos no monetarios o intangibles del cambio climático extremo. En particular, analizo cómo las inundaciones de diversa intensidad que ocurrieron entre uno y siete años atrás en Bulgaria afectaron al bienestar.

Los resultados indican que experimentar una inundación y vivir con la percepción de los riesgos asociados conduce a una disminución duradera y considerable en la satisfacción con la vida para gente de todas las edades y grupos de renta. Este impacto es aún más fuerte para las inundaciones de mayor intensidad. Si el tipo de eventos seleccionados pueden servir como sustitutos de los desastres naturales que se espera que el cambio climático conlleve, una conclusión a extraer de este resultado es que, mientras que la felicidad tiende a adaptarse a los cambios en la renta a través del tiempo, no podría adaptarse a un cambio climático extremo.

Mi segunda pregunta de investigación se refiere a la manera como la investigación sobre la felicidad puede informar a la política climática y cómo una rigurosa política climática podría afectar al bienestar. Suponiendo que una reducción eficaz del clima implica una reducción en la tasa de crecimiento económico (ingresos) y en el consumo intensivo de carbono, miro cómo influye la disminución de ingresos en el bienestar subjetivo en el contexto de la crisis económica en España, tomando la ciudad de Barcelona como área de estudio.

La recogida de datos fue de 950 observaciones, entre individuos seleccionados al azar en todos los distritos de la ciudad. El análisis econométrico indica que las condiciones de trabajo flexibles y el exceso de trabajo tienen un efecto negativo pronunciado sobre la satisfacción con la vida, mientras que los deportes, las actividades espirituales y el compartir de modo voluntario (una casa u otros objetos) surgen como determinantes positivos de la felicidad. En algunos de los casos, haber tenido más ingresos hace cinco años tiende a disminuir la satisfacción con la vida. Curiosamente, sin embargo, la disminución de los ingresos ocurrida hace uno o dos años no conduce a una disminución en el nivel de felicidad. Por el contrario, reducciones recientes en los ingresos muestran una relación positiva con el bienestar subjetivo. La inscripción en el desempleo, en cambio, rebaja sustancialmente la satisfacción con la vida de los individuos encuestados. Esto podría implicar que la reducción de ingresos que no conduce al desempleo, sino más bien a un aumento de la disponibilidad de tiempo libre, podría ser una de las razones para el nivel más alto de satisfacción con la vida entre los que reportan menores ingresos en el último año.

La relación entre la reducción de los ingresos y el bienestar subjetivo sugerida por los resultados implica que una política climática que afecte a los ingresos y el consumo no siempre reducirá la felicidad general. Éste es especialmente el caso si la política climática corrige la habituación y la rivalidad, y al mismo tiempo es capaz de estimular cambios compensatorios de estilo de vida que reduzcan los esfuerzos laborales y los niveles de referencia de consumo.

Para explorar el efecto de la felicidad de una gama más amplia de las estrategias de mitigación del cambio climático, incluidas las que no son puramente " de arriba abajo", tomo el compartir bienes como un caso de iniciativa basada en la comunidad que resulta en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Uno de los hallazgos relevantes de este análisis es que un mayor compartir casa, entendido como un mayor número de personas por metro cuadrado, es una meta altamente y socialmente atractiva. Representa el tipo más común de intercambio, lo que genera importantes beneficios ambientales y una serie de efectos indirectos ambientales positivos, mientras que incentiva la participación en otros dominios. Aunque requiere un nivel mínimo de confianza en la sociedad para ser comúnmente adoptada, el hecho de compartir tiene el potencial para generar ahorros en el deterioro del medio ambiente y para intervenir en el consumo conspicuo, y así aumentar finalmente el bienestar humano.