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El índice de Desarrollo Humano, publicado cada año por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es el indicador más famoso del mundo para medir el nivel de desarrollo de las sociedades. Muestra la evolución de prácticamente todos los países del mundo respecto a tres aspectos claves del desarrollo: educación, salud y nivel de vida. Un inconveniente de este índice es que únicamente muestra resultados a nivel nacional, aunque hay una gran disparidad en los niveles de pobreza y la disponibilidad de infraestructuras educativas y sanitarias dentro de los países­—particularmente en aquellos que son más pobres.
 
Para resolver estos problemas el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Global Data Lab de la Universidad de Radboud acaban de presentar el Índice de Desarrollo Humano Subnacional (IDHS). Este indicador muestra los niveles de desarrollo socioeconómico para más de 1600 regiones en 160 países alrededor del mundo entre 1995 y 2015, el último año para el cual el PNUD ha publicado el IDH a escala nacional.
 
El IDH está calculado en base a los datos de las oficinas nacionales de estadística y del Global Data Lab, que es una de las mayores Fuentes de información sociodemográfica para los países en vía de desarrollo. A escala nacional, el nuevo indicador coincide exactamente con la versión oficial del IDH. Así, el nuevo indicador encaja con el paradigma de desarrollo actual y, al mismo tiempo, da un paso hacia la ampliación de este paradigma.
 
“El índice que hemos desarrollado se puede entender como un telescopio para identificar problemas en la distribución del desarrollo humano, ya que amplifica hasta diez veces la imagen que obteníamos con instrumentos anteriores” comentan los autores del proyecto. “Ahora podemos observar en qué áreas dentro de los países hay más carencias educativas, económicas o sanitarias, de manera que los recursos se pueden dirigir de forma más efectiva hacia los lugares que más los necesiten”.
 
Más desigualdad en los países pobres

Los primeros análisis utilizando el nuevo indicador muestran que en los países con niveles de desarrollo humano bajo y medio, la distribución del mismo en su interior es particularmente desigual. La desigualdad entre las regiones es mucho menor en los países ricos, donde los gobiernos disponen de mayores recursos para desarrollar buenas infraestructuras educativas y sanitarias en todas sus regiones