Vulnerabilidad de las zonas urbanas ubicadas dentro de la cubierta forestal frente a los incendios
Los cambios en los usos y cubiertas del suelo ocurridos a partir de segunda mitad del siglo XX, derivados de la crisis de las actividades tradicionales y acompañados de un nuevo uso del territorio, han supuesto también un cambio en la afectación de los incendios forestales. El mosaico agroforestal que había dominado los paisajes de la cuenca mediterránea y la intensa relación productiva entre sus habitantes y el medio se ha ido transformando en un paisaje polarizado en dos extremos: por un lado la extensa zona urbana y/o de interfase donde vive la población y, por otro, los espacios naturales, configurados mayoritariamente por bosques, a menudo delimitados por diferentes figuras de protección, los cuales ejercen funciones de ocio y conservación.
La principal aportación de este artículo es el enfoque del valor del paisaje en la vulnerabilidad de las IUF, en un doble sentido: 1) histórico, los cambios en los usos y cubiertas del suelo aportan información sobre la estructura actual del territorio, el cual se ha convertido en más vulnerable, tanto por la acumulación de combustible, como por la ubicación de viviendas y personas no adaptadas en un entorno forestal; 2) estético, relacionado con el paisaje idealizado que percibe la población que vive en la interfase urbana forestal sin asumir los riesgos que supone vivir en entornos de estas características. El paisaje como polo de atracción de nuevas residencias por el valor natural o la consideración estética del paisaje que intensifica las relaciones entre una sociedad poco adaptada y una “naturaleza” en profunda transformación.
Figura 1: Cambios en el paisaje 1945-2013. Fuente: Elaboración propia a partir de ortofotos de l’Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC).
Apartir del análisis de la evolución de las dinámicas del paisaje, es decir, del análisis de los cambios en los usos y cubiertas del suelo, es posible entender el estado actual del territorio, y así poner en valor el patrimonio heredado. La visualización y la difusión de estos cambios puede ser una buena herramienta de sensibilización social. Esto puede aproximar a la sociedad hacia una dimensión más completa del paisaje, más allá de la asociación del concepto estético a las funciones lúdicas y ecológicas ya reconocidas de los entornos agroforestales.
El artículo concluye que, si se consigue que al valor estético del paisaje se incorpore el conocimiento de la herencia del pasado rural, será posible incidir en la percepción del riesgo de una sociedad no adaptada al medio que habita. La introducción en las escuelas de actividades relacionadas con la historia local y la implicación de la administración local en la difusión del patrimonio natural y cultural, son algunas de las acciones que ayudarían a la sensibilización de la población. En definitiva, hay que entender el pasado para asumir los retos del futuro y ser capaces de encontrar el equilibrio entre los valores estéticos y los valores históricos. Las autoras se preguntan si será posible hablar de una nueva generación de incendios donde la cultura del riesgo sea asumida por una población que pase de considerar el paisaje idealizado a considerarlo como un conjunto de valores naturales, estéticos, históricos, productivos y sociales.
Natalia Valldeperas
Departamento de Geografía
Anna.Badia@uab.cat, Natalia.Valldeperas@uab.cat
Referencias
Badia, A.; Valldeperas, N. El valor histórico y estético del paisaje: claves para entender la vulnerabilidad de la interfaz urbano-forestal frente a los incendios. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía. 2015, vol. XIX, núm. 521.