Derecha de Cataluña fue el partido que representó a los monárquicos alfonsinos catalanes durante la Segunda República española. A pesar de la falta de presencia social, la disponibilidad de recursos económicos y la voluntad de derribar el régimen les dio un protagonismo que no se puede descuidar. Contribuyeron con recursos humanos y económicos a la insurrección militar del 18 de julio y llenaron de contenido ideológico la política real que se ejerció durante la primera década del franquismo, apoyando, entre otras, todas las iniciativas encaminadas a suspender el Estatuto de autonomía y las leyes derivadas.
“Derecha de Cataluña: monárquicos alfonsinos contra la Segunda República y la Cataluña autònoma (1931-1936)”, tesis doctoral de Josep Arqué Carré, dirigida por el doctor Francesc Vilanova Vila-Abadal y leída en el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea.
Derecha de Cataluña fue el partido que representó a los monárquicos alfonsinos catalanes durante la Segunda República española. Sin embargo, la falta de presencia social hizo que se conozcan poco las actividades que llevó a cabo esta formación entre 1931 y 1936, si bien la disponibilidad de recursos económicos y la voluntad de derribar el régimen les dio un protagonismo que no se puede descuidar. Las acciones públicas fueron bien conocidas, pero la falta de representación política no les permitió frenar el desarrollo de los acontecimientos. Su voz la hicieron sentir en las Cortes a través de su matriz Renovación Española, así como por medio de la prensa adicta como el Diario de Barcelona, conferencias, mítines, etc. No fueron capaces de establecer alianzas permanentes con los otros partidos de extrema derecha como la Comunión Tradicionalista, la Falange, las JONS, etc.
Al proclamarse la República, los monárquicos de todo el Estado crearon en Madrid el centro cultural de Acción Española, con una revista con el mismo nombre, para difundir su ideología. Pocos meses después se creaba en Barcelona Peña Blanca con el mismo objetivo. Ambas entidades fueron el núcleo de los partidos Renovación Española y Derecha de Cataluña.
Tras el intento frustrado de reconducir hacia el espacio monárquico al partido Acción Nacional (más tarde Acción Popular), Antonio Goicoechea y gente que le era fiel se decidieron, a principios de 1933, a fundar Renovación Española y, casi simultáneamente, su filial catalana, Derecha de Cataluña, definiéndose como monárquicos, católicos, antidemócratas, antiparlamentarios, centralistas y corporativistas, con el objetivo básico de restaurar la monarquía por los medios que fueran.
Alejados del apoyo social pero con medios económicos, optaron por la vía conspirativa, ya que contaban con un segmento pequeño de las clases medias-altas, con la adhesión de un sector importante del Ejército y de la clerecía más reaccionaria. Hay que decir que, a pesar de perder en todas las contiendas electorales, Derecha de Cataluña se convirtió en un verdadero poder fáctico.
Contaban con personalidades como: José de Olano y Loyzaga, conde de Fígols; Darío Rumeu y Freixa, barón de Viver; José María Milá y Camps, conde de Montseny; Alfonso Sala, conde de Egara; Fernando Álvarez de la Campa, etc., todos ellos con cargos durante la Dictadura pero para dar una imagen de modernidad, cedieron el protagonismo a jóvenes como: Santiago Torent Buxó, José Bertrán Güell, Aurelio Joaniquet, Jorge Girona, Enrique García-Ramal, Santiago Navidad, etc.
A finales de 1934, los principales dirigentes de Derecha de Cataluña firmaron el Manifiesto por el que se constituía el Bloque Nacional de Derechas de José Calvo Sotelo, al que se adhirieron, junto con Renovación Española. Un 19 por ciento de los firmantes del Manifiesto eran catalanes.
Marcadamente españolistas, se inclinaron por el golpe de estado, sufragando los gastos de la UME (Unión Militar Española) en Cataluña y contribuyendo a la insurrección militar del 18 de julio, con caudales y personas. El 19 de abril de 1937 se adhirieron al decreto de unificación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS del general Franco.
Representados en las Cortes por Renovación Española, apoyaron todas las iniciativas encaminadas a suspender el Estatuto de autonomía y las leyes derivadas: la Generalitat, la ley de Contratos de Cultivo, el Patronat de la Universitat Autònoma y las instituciones culturales propiamente catalanas como el Institut d’Estudis Catalans.
Los miembros de Derecha de Cataluña lucharon junto a los militares insurrectos. Al final de la tesis se expone la lista de las personas que perdieron la vida, las que volvieron y las que ocuparon cargos con el franquismo, así como las que optaron por hacer una “oposición controlada”, consentida por el Dictador, participando en el Consejo Privado del Conde de Barcelona.
Básicamente, Acción Española y Renovación Española-Derecha de Cataluña, aparte de la estética fascista, llenaron de contenido ideológico la política real que se ejerció durante la primera década del franquismo, teniendo en cuenta que se apartaban poco de los principios falangistas que aplicó el General.
La clase social que representaba Derecha de Cataluña, donde también hay que encuadrar los sectores más conservadores y menos liberales de la Lliga, se convirtieron en los dirigentes del nuevo régimen en Cataluña, salvo las organizaciones sindicales que fueron controladas por falangistas.
Imagen superior izquierda: Francesc Macià proclama la República Catalana en 1931.
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B.11870-2012 ISSN: 2014-6388