Ampliar el teletrabajo permitiría reducir la contaminación hasta un 10%
Un estudio del ICTA-UAB analiza diferentes propuestas de implantación del teletrabajo a partir de datos de movilidad y calidad del aire en Barcelona obtenidos durante el confinamiento.
22/09/2021
En los últimos cinco años, las concentraciones medias anuales de NO2 han excedido repetidamente los valores máximos permisibles, provocando miles de muertes prematuras asociadas.
Implantar el sistema de teletrabajo dos, tres y cuatro días a la semana permitiría reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), el principal contaminante relacionado con las emisiones de tráfico, en un 4%, un 8% y un 10%, respectivamente. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) a partir de los datos obtenidos de un modelo de calidad del aire junto con las medidas de las estaciones XVPCA (Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica) registradas en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) durante el período de restricción obligada de la movilidad por el confinamiento por el COVID-19.
Las restricciones de movilidad por la pandemia han obligado a muchas personas a trabajar desde casa, incrementándose así el teletrabajo y mejorando la calidad del aire en las ciudades. Partiendo de esta situación excepcional, los investigadores del proyecto URBAG del ICTA-UAB han realizado un estudio piloto a gran escala que permite reflexionar sobre las lecciones aprendidas durante el confinamiento en términos de reducción de la contaminación del aire.
Teniendo en cuenta que el 85% de los trabajadores del AMB se dedica al sector servicios y que cerca del 40% del tráfico de vehículos personales está relacionado con el trabajo, los investigadores plantearon tres escenarios sociolaborales diferentes en base a la implantación de dos, tres o cuatro días semanales de teletrabajo, y estudiaron los cambios en la contaminación con un modelo de calidad del aire para cada uno.
El primer escenario plantea un aumento del teletrabajo a dos días a la semana, lo que permitiría reducir las emisiones relacionadas con el tráfico en un 5% y, con ellas, los niveles de NO2 en un 4%. Este escenario supone una disminución de los desplazamientos laborales del 12,5%, si el 20% de los trabajadores del sector servicios se acogiera a esta opción. Un segundo escenario consistente en tres días de teletrabajo permitiría reducir las emisiones en un 10% y los niveles de NO2 en un 8%, reduciendo los desplazamientos vinculados al trabajo en un 25%. Para ello, el 30% de los empleados del sector servicios debería acogerse a esta opción. Un tercer escenario permitiría reducir en un 15% las emisiones del tráfico y, consecuentemente, los niveles de NO2 en un 10%. Para ello, el 40% de los empleados del sector servicios deberían teletrabajar cuatro días a la semana, reduciendo así sus desplazamientos en un 37,5%.
La investigación se diseñó en colaboración con el equipo de Anthesis Lavola, empresa con amplia experiencia en planificación de movilidad urbana y sostenible, y en base a los informes de movilidad publicados por la Autoritat del Transport Metropolità del área de Barcelona.
También se definieron escenarios adiciones que combinan la reducción de la movilidad personal y ocupacional además del teletrabajo, para replicar los comportamientos observados durante las etapas de confinamiento severo por el COVID-19. Los investigadores concluyen que, una situación de “bajo confinamiento” con una reducción del 45% del uso del vehículo privado para viajes de trabajo permitiría disminuir en un 25% las emisiones del tráfico. Este escenario se lograría con una semana laboral a distancia de cuatro días y una reducción del 15% en otros desplazamientos vinculados con el trabajo. Asimismo, la educación en línea evitaría el 20% del uso de vehículos privados y se reduciría la conducción para ir de compras en un 30%.
En los últimos cinco años, las concentraciones medias anuales de NO2 han excedido repetidamente los valores máximos permisibles en algunas estaciones de medición de la AMB, provocando miles de muertes prematuras asociadas. Por ello, Alba Badia, investigadora del ICTA-UAB y autora principal del estudio, recuerda que “la aplicación de este último escenario podría ser viable y realista en épocas en las que contaminación es muy alta, al estar basado simplemente en la maximización del teletrabajo y la reducción de otros desplazamientos vinculados al trabajo o compras”.
Artículo
Badia, A., Langemeyer, J., Codina, X. et al. A take-home message from COVID-19 on urban air pollution reduction through mobility limitations and teleworking. npj Urban Sustain 1, 35 (2021). https://doi.org/10.1038/s42949-021-00037-7